Ir al contenido principal

No es justo, no gusta, pero todas las mujeres lo hemos vivido.


Cuando era pequeña era demasiado trasto, tenía una picardía que ahora apenas ni asoma y me pasaba más a mi aire que a otra cosa. Tanto fue así que me llegué a perder miles de veces, aún estando mis padres cerca. Una vez me perdí en la feria de Torrelavega en plena noche, tendría como seis años y de hecho me acuerdo perfectamente. Solo veía gente y más gente y no encontraba ni a mi abuela ni a mi madre, y el ser de noche no ayudaba, aunque me importaba bien poco. En otra ocasión me perdí en un Alcampo y me encontraron metida en una caja llena de peluches jugando tan tranquila. A la salida del colegio también desaparecí unos minutos en los que dieron tiempo a que a mi madre casi le diera un parraque (el número 548293843 de su vida), por no hablar de que quedarme siempre atrás de mis padres estaba a la orden del día y casi que a veces se planteaban llevarme con una correa, porque era ya algo peligroso. Mi padre otras veces utilizaba la táctica "mano apretada" como la llamo yo, que como su nombre indica, era agarrarme muy fuerte y si quería escaparme, me la apretaba haciéndome daño. Ese dolorcillo nunca se me olvidará, pero también os digo que era muy necesario. 

Un día, teniendo yo unos siete años y estando en una playa de Cantabria, para variar me volví a quedar atrás a mi rollo sin que a mis padres les diera tiempo ni a darse cuenta, y recuerdo que un señor, de unos cuarenta años me dijo textualmente, que si me iba con él a bañar a lo profundo del mar, que por favor que fuera con él. Yo, inocente de mí le dije que muchas gracias pero que no quería ir. A pesar de ir a mi bola sabía muy bien que no debía irme con extraños ni aceptar nada de nadie, pero eso cualquier otro niño no tiene por qué saberlo. Y encima bien educada, dando las gracias...

Fueron pasando los años y fui creciendo y dejando de perderme, hasta que llegó la adolescencia, donde ya sí que podía salir sola a la calle con mis amigos o simplemente a por el pan, a bajar a mi perra o a jugar con el patinete y darme unos buenos guarrazos. Recuerdo el primer día en que un hombre se creyó con el derecho de romper mi inocencia. Estaba con dos amigas en la calle, jugando, tendría unos once años. El señor en cuestión, de unos treinta apareció andando tan tranquilo con su miembro fuera. Han pasado trece años y lo recuerdo como si hubiera sido hoy mismo.

Al año siguiente, saliendo de clase en mi primer año de insituto, un señor también de unos cuarenta o cincuenta, se dedicaba a parar a niñas con el coche y preguntarles por una calle mientras tenía los pantalones a la altura de las rodillas y donde además venía preparado para un acto de reproducción. También lo recuerdo como si hubiera sido hoy mismo. Pero ahí no acaba todo, ya que tan solo dos años después, mientras estaba en un parque jugando con otra amiga, nos topamos con un señor de pie, en lo alto de una cuesta de ese parque con los pantalones bajados y con las manos en sus bajos. También con esa misma amiga, yendo por la calle, otros dos hombres empezaron a acercarse y a decirnos cosas que no recuerdo bien y ya a la desesparada mi amiga y yo utilizamos una táctica que consiste en decir en alto que no te has duchado en una semana, en hacer que te sacas un moco y te lo zampas o hasta en hacer que te rascas el sobaco y le pegas una lametada al dedo. Y sí, las veces que lo hemos hecho, ha funcionado, es como que no se lo esperan, que escapa de lo establecido y se van, pero no quiere decir que siempre vaya a funcionar, nunca se sabe. Otra tática utilizada también ha sido la de poner muecas feas y hacer que eres una "loca del coño".

Seguro que si eres mujer y me estás leyendo habrás oído una y otra vez. como yo, muchísimas expresiones por parte de hombres con connotaciones sexuales, ¿se parecen a estas situaciones que he vivido yo?, como por ejemplo, el ir con doce años a la academia de Matemáticas y que desde la otra acera me gritasen un piropo (y no un piropo agradable) en el que me he sentido expuesta (sobre todo si me lo decía un hombre que me doblaba la edad); el ir ni siquiera arreglada y que hicieran lo mismo, el tener que huir porque un chico me persiga y no lograrlo y que me alcance y me empiece a hablar; el que en otra ocasión con unos diecisiete años un hombre tres veces yo me intimidara del mismo modo; el que con catorce años otro tío me dijera que me fuera con él dentro de su bar... Por no hablar de las situaciones en las que sales de fiesta con tus amigas y los chicos te tiran del pelo y se creen con el derecho a manosearte de todo, y cuando digo de todo, es todo, ya que hasta he tenido que soportar que un niñato me toquetease y me dijera que fuéramos al baño... y me avergüenza hasta recordarlo. 

Sin ir más lejos, hace unas semanas me topé de fiesta con unos niños de unos veinte años, eran como siete y uno de ellos aprovechó y me tocó el culo y al insultarle encima se vino arriba, ya sabéis, en manada todos son muy valientes y luego te sueltan el típico "no estás tan buena, eres fea", bueno y ¿por qué me tocas el culo entonces? Pero sin duda mi peor experiencia fue cuando hace casi tres años un hombre estuvo como dos horas observándonos a una amiga y a mí en un parque y cuando me fui para casa sola aprovechó para pegarme el susto de mi vida. Vino corriendo detrás mía, me tocó los hombros con la intención de sorprenderme y me quisó robar el bolso, lo bueno es que saqué coraje y no dejé que se lo llevará y al pegar un grito salió corriendo soltándolo y yo caí rodando por el suelo. (Adjunto fotos)



Mentiría si a día de hoy dijera que cuando voy sola por la calle de noche no miro hacia atrás mil veces y que si noto que alguien viene corriendo no me da un infarto. 

Pero esto son solo expereciencias mías, experiencias que al final acaban siendo de todas las mujeres porque desde que somos unas niñas hasta el fin de nuestros días habremos visto más de lo que quisimos ver por nuestra propia voluntad, nos habremos sentido intimidadas, expuestas y muy incómodas y hay muchas que lo han pasado peor aún si algún subnormal ha decidido crearlas un trauma al abusar de ellas. Cuando una mujer dice NO, es NO y ningún hombre ni nadie tiene el derecho de forzarla en nada. Y por supuesto, cuando una mujer va por la calle no tiene que venir nadie a hablarle de ciertas maneras ni a dirigirse a ella como si fuera un cacho de carne. Por no mencionar que es lamentable que una mujer tenga que volver a casa siempre acompañada o no volver tarde si no quiere aumentar el riesgo de encontrarse con algún degenerado. Hay que enseñar más respeto y concienciar sobre esto que ocurre, porque ya os afirmo que no es nada cómodo saber que quizá a un tío se le puede ir la cabeza y pueda exhibirse delante tuya, o perseguirte, o hacerte ver que eres un caramelo, solo pensarlo se me acelera el pulso de los nervios, pero lo peor no es solo esto, sino que estamos hablando de que también les puede ocurrir a niñas, como fue mi caso y como habrá sido el de muchas más. Y es muy triste. 

Por mi parte, sigo creciendo, aumenta mi carácter, ya no me callo. A mí no me importa que un tío me llame guapa o me diga que estoy buena si paso por delante suya, siempre y cuando su tono sea respetuoso y no lo diga con connotaciones de ningún tipo (os dejaré por aquí un vídeo de una Youtuber donde explica esto muy bien), pero si eso no ocurre se llevará un insulto o varios a grito pelado o un corte de manga. A veces parece que las mujeres tenemos que entender y llevar de fábrica el pensamiento de que vamos a tener que soportar "instintos naturales" del hombre (sí, como si fueran animales sin capacidad de razonamiento) y es lo que hay. Para mí no es lo que hay, por no mencionar que desde siempre las mujeres DEBEMOS tener cuidado para que no nos violen, DEBEMOS no ir vestidas enseñando ni escote, ni piernas, ni cintura... cuando, seamos claros, sabemos de sobra que hasta por enseñar un tobillo pueden decirnos cualquier cosa, porque no es lo que enseñes, es simplemente que eres mujer, y aún sigue a la orden del día.

¿Por qué yo tengo que dejar de ponerme ropa ajustada que A MÍ me gusta? ¿o una falda corta?, o mejor aún, ¿por qué aún decidiéndome a llevar cierta ropa en la que me mire al espejo y me vea super buenorra tengo que hacer un análisis mental antes de salir de casa para aceptar que lo que en ese día voy a soportar va a ser que seguramente me vean como un objeto sexual? Está claro que cada mujer debe ser libre de enseñar lo que quiera, de ir como quiera vestida, y yo por mi parte no pretendo que los hombres dejen de ver la belleza que tenemos (porque el cuerpo de una mujer es precioso), pero tampoco quiero darle a nadie el derecho a que por ir de equis manera tenga que sentirme más expuesta que por ejemplo, si voy con un hábito religioso... está claro que aún queda mucho por avanzar.

PD: ovbiamente en este texto no generalizo con los hombres. Sé que no por ser hombres todos sois así. 
PD2: aquí os dejo el vídeo de Herrejón porque es eso precisamente lo que quiero dar a entender.
https://www.youtube.com/watch?v=uZpto4iWu6c


Gracias por leerme. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

La verdad sobre mí #depressionhasnoface

En julio de este 2017 Chester Bennington, vocalista de Linkin Park se suicidó a causa de un trastorno mental o enfermedad (a día de hoy no sé qué denominación tiene) como es la depresión . Después de este suceso, su mujer contó al mundo que antes de haberlo hecho, él parecía feliz, estar bien, etc., por lo que aseguró algo que es completamente cierto y es que la depresión no tiene cara ni forma. Entonces el hastag #depressionhasnoface empezó a hacerse viral por las redes, y hoy, después de darle muchas vueltas, he decidido poner mi granito de arena respecto a esto y a este tema. La chica que veis en la foto soy yo (los que me conocéis ya os habréis dado cuenta), pues bien, esa foto está tomada en agosto de 2014, cuando yo tenía 21 años, cuando llevaba unos tres meses sumida en una gran depresión que me vino sin ton ni son. Fui criticada, fui no creída por varias personas, era difícil entender que yo ahí estaba con un trastorno mental porque, oh! estaba sonriendo, cada día de mi

Querido Abuelo♥

        ¿Sabes Abuelo? ayer fue tu misa, porque hace dos semanas casi que te fuiste de este mundo y Rosalía me dijo que por qué no salía a decirte unas palabras. Seré sincera. Lo pensé, pensé en escribir algo sobre ti, pero hubos dos razones que me llevaron a no hacerlo, la primera es que escribir sobre ti supone recordarte, y recordarte supone un dolor demasiado grande que intentaba evitar...; la segunda razón fue porque sabía de sobra que no iba a ser capaz de leer en alto algo tan puro, sincero e íntimo sin echarme a llorar. Perdóname, aunque sé que no te sientes mal por no haberlo hecho, porque sé de sobra que sabes que cada cosa tiene su momento. Pero aquí estoy, un día después y dos semanas después de tu partida. Y aquí van esas palabras que no me atreví ayer a pronunciar. Tu pérdida ha dejado un vacío inmenso, escuece y estamos perdidos sin tí, eso es una realidad, es imposible pasear por las calles de Alcorcón y pensar que no estarás nunca más dando un paseo por allí,

E V O L U C I O N

Hoy he sopesado la idea de abrirme en canal aunque eso suponga romperme un poquito más. Hoy he decidido que mis días a partir de ahora van a ser echarte de menos y llenar ese rincón de mi propia piel, que tanta falta me hace, esa piel que hoy me miro y que ya no es la misma antes de que estuvieras ahí... ni mi alma tampoco. Hoy creo que mi vida puede ser algo más que un bar con olor a whisky aunque me ahogue aquel recuerdo, de verte allí, encendiendo un cigarrillo y aspirando hasta el final... Hoy se ha acabado el contar tus pecas antes de mirarte a los ojos, la sonrisa metálica desapareció de golpe y desperté de esas calles, de esa vida que hice tan mía pero que solo era tuya y de la que me quise apoderar. Hoy no puedo escuchar esas canciones que solíamos cantar, como cuando te confesé que el sonido acompasado con esas cuerdas eran la mezcla perfecta y de lo que más me enamoré cuando te vi llegar. Hoy no hay letras bonitas, solo un triste final aunque me dejases con buen sabor de boc