Ir al contenido principal

La verdad sobre mí #depressionhasnoface

En julio de este 2017 Chester Bennington, vocalista de Linkin Park se suicidó a causa de un trastorno mental o enfermedad (a día de hoy no sé qué denominación tiene) como es la depresión. Después de este suceso, su mujer contó al mundo que antes de haberlo hecho, él parecía feliz, estar bien, etc., por lo que aseguró algo que es completamente cierto y es que la depresión no tiene cara ni forma. Entonces el hastag #depressionhasnoface empezó a hacerse viral por las redes, y hoy, después de darle muchas vueltas, he decidido poner mi granito de arena respecto a esto y a este tema.

La chica que veis en la foto soy yo (los que me conocéis ya os habréis dado cuenta), pues bien, esa foto está tomada en agosto de 2014, cuando yo tenía 21 años, cuando llevaba unos tres meses sumida en una gran depresión que me vino sin ton ni son. Fui criticada, fui no creída por varias personas, era difícil entender que yo ahí estaba con un trastorno mental porque, oh! estaba sonriendo, cada día de mi vida intentaba salir de la cama poniendo todas mis fuerzas y más, e intentaba normalizar mi situación, a fin de cuentas, vencer y que no me venciera a mí la depresión.

Pero iremos un poco más atrás para que sepas mi historia. Yo de siempre había sido una persona muy alegre, demasiado alegre, siempre feliz, aún con mis berrinches de la adolescencia, que me ahogaba en vasos de agua, pero feliz, es más, yo cada día me decía a mí misma desde bien pequeña que un día sin sonreír era un día perdido, a pesar de ser controladora con mis emociones, perfeccionista al extremo conmigo misma y exigente. Yo siempre intentaba minimizar las cosas malas de la vida, el divorcio de mis padres, mis kilitos de más (me sentía acomplejada pero me esforzaba por pasarlo por alto, y eso que como mucho me sobraban 2kg), los problemas, todo lo que me dolía, me decía a mí misma que no importaba y me autoengañaba. Si un día me hubieran dicho que eso iba a explotarme en la cara... pero todo ocurre por algo. 

El caso es que todo empezó en mayo de 2014. Siendo como era, un día tuve una ruptura con una amistad de muchos años y ese día, justo el día 29 de abril de ese mismo año, experimenté lo que fue mi primer síntoma, la irrealidad, que es como sentir literalmente que no estás en el mundo, que todo es un sueño (he llegado a pellizcarme muchas veces). Ese día mi novio me llevó al pantano de San Juan para animarme y volviendo en el coche le conté lo que me ocurría. A partir de ahí se fueron sucediendo ese síntoma y otro: pensamiento irracional de "me voy a volver loca de un momento a otro". Yo no entendía nada, os lo puedo asegurar, no sabía qué estaba pasando conmigo pero no le daba importancia (era lo que hacía siempre con todo). Recuerdo que por aquel entonces estaba en la universidad y en dos exposiciones me quedé en blanco, yo, que siempre sacaba muy buenas notas en las exposiciones, que me ponía nerviosa pero eran nervios buenos... empecé a coger miedo a estar con la gente, a quedar en ridículo... lo que me llevó a una fobia social más adelante, de ni siquiera poder estar con más de dos personas en un sitio...

Antes de esto, en frebrero de ese mismo año, una persona de mi familia murió de cáncer, en tan solo seis meses del diagnóstico, esa maldita enfermedad se la llevó por delante y yo no me permití derramar una sola lágrima. Al mes otra chica que conocía y que era de mi edad, murió. Tampoco me permití analizar que eso me daba miedo y que necesitaba mínimo reflexionarlo...

Y en mayo, el día 17 exactamente, volviendo a casa de haber estado con una amiga, estalló la bomba. Un intento de atraco hizo que el vaso se derramara por completo. Sola, por la noche, siendo sorprendida por un degenerado que quería robarme el bolso a las dos de la madrugada. No pudo hacerlo, pero el estado de ansiedad que sufrí me llevó a no volver a tener el control sobre mí misma, pero yo aún no era consciente de lo que me pasaba, y aguanté un mes más, donde cada día todo iba a más... y encima en ese momento, el susto del medio robo me llevó a tener un estrés postraumático. Así acabé después del zarandeo con el maldito tío que quiso robarme.

 

Recuerdo que cuando ya no pude más llamé al hospital, a psiquiatría, en pleno junio, y me dieron cita para agosto. Literalmente le dije a mi familia que si tenía que esperar a agosto, no iba a aguantar, porque por aquel entonces los pensamientos de acabar con mi vida ya estaban en un límite que daba miedo, y juro que me duele recordar esto, aunque era más sensación de no poder más con la persona que era... estaba agotada. Yo no podía estar sola nunca, no era yo. Siempre digo que la depresión es como si te pusieran al lado a una persona desconocida que no sabes por dónde va a salirte, que no sabes como es, y aquí lo peor, es que eres tú mismo. Recuerdo no ser capaz de estar con mi novio y su familia porque me daba miedo de ponerme mal y de estar con más gente... aunque les conocía a todos. Recuerdo que cuando quedaba con mis amigas, lloraba antes de ir con ellas, porque me daba miedo también. Todos los días por la tarde tenía que salir de casa porque sentía que me volvía loca, pero no podía hacerlo sola. Recuerdo que cada día era una odisea de emociones en las que nunca había reparado, me veo en clase, en la universidad, intentando sacar 3º de carrera adelante, con pánico de levantarme y gritar. Recuerdo un día, llorando con una profesora, no pude ir a una práctica porque tenía psicólogo, le di el justificante y rompí a llorar delante de ella contándole lo que me ocurría y que además debido a mi fobia social no era capaz de exponer, pero ¿sabéis qué? me tocó exponer y lo intenté, y saqué un 9... porque nunca me rendía.

Y hablando de psicólogos, el 1 de julio de 2014 encontré a la mejor profesional de este mundo en psicología, Marta Laorga, que me hizo los tests para determinar mi estado. Hicimos un repaso de mi vida y de los últimos acontecimientos del año y el resultado era claro: todo lo que siempre me dije que no importaba, en definitiva, lo que intentaba controlar, había salido y lo había hecho de la peor manera posible. Todo me estaba ocasionando depresión, de ahí ansiedad generalizada, ataques de pánico, fobia social, boicoteamiento a mí misma, irrealidad, miedo a hacer daño a la gente, a mí misma, pensamientos de acabar con mi vida, hipocondría, miedo al miedo, latigazos en el corazón, la angustia constante en la garganta, el pensamiento constante de ¿cuándo me voy a curar? entre lágrimas. Recuerdo estar en un sitio de ensueño, el norte, un lago, casitas, y llorar en la orilla del lago con mi novio diciéndole ¿cómo es posible que esté en el sitio más bonito del mundo y no sea capaz de poder disfrutarlo, de quitarme esta angustia, de no poder parar de llorar? y noto la culpa aún, porque te sientes imbécil... aunque me comprenda, simplemente estaba enferma, y eso era todo. 


Los gráficos que veis en la fotografía adjunta son míos, con las fechas, la evolución, lenta, porque desde el primer momento me negué a tomar cualquier tipo de medicación, si iba a salir de esto iba a hacerlo sin ayuda de fármacos. Para que os hagáis una idea, la línea verde soy yo, la línea roja es el límite en que una persona necesita ayuda psicológica y la línea azul es el estado de alguien sano, en resúmen, si observáis la primera, la de julio de 2014, mi línea, la de color verde está en casi todos los puntos por encima de la línea roja. 

En definitiva, lo que quiero contaros es que lo pasé muy mal, ir al psicólogo era el aliento semanal para no perder mis fuerzas porque ahí me sentía comprendida de verdad, porque cuando crees que pasa algo grave, que te digan "tranquila, es depresión, tienes que cambiar el punto de vista de todo y el chip" tranquiliza muchísimo. Estuve de julio a enero de 2015 yendo una hora a la semana todas las semanas, después pasamos a una hora cada dos semanas hasta septiembre de 2015 y después mantenimiento hasta julio de 2016. Dos años en los que aprendí muchísimo y que a día de hoy, si os soy sincera, agradezco lo que me pasó, porque vivía en una realidad equivocada, porque cuando tu patrón es sentir la felicidad al mil por mil y la tristeza al cero, un día te revienta como me pasó a mí, y ahora siento lo malo, lo bueno y he dejado de querer tener el control sobre mis emociones, lo que venga viene, si tengo que llorar lo hago, si tengo que reír lo hago y todo esto me ha hecho crecer muchísimo como persona. La clave para mí fue también aprender a no juzgarme, a confiar más en mí. 

Y que a día de hoy aún me da mucha rabia que ir al psicólogo sea tabú. Señores, todos los días se fomenta la salud FÍSICA, empecemos a preocuparnos por la salud mental de la misma manera, porque lo mental afecta a lo físico. Nuestro cuerpo va de dentro hacia afuera, hay personas que sienten estrés y les da migraña (como a mí) o se contracturan. Un disgusto puede ocasionarte hasta un derrame en el globo ocular y en general se vive pensando que lo que más importa es aquello que se ve. Yo nunca estuve postrada en una cama de hospital, pero sí en la mía, sin ganas de vivir, sin ilusión por nada, con miedo al miedo constantemente y muy pocos se preocuparon como si fuera algo grave, lo normal es que te digan "nada niña, que eres una dramas" o "qué flojo eres", cosas de ese estilo y es un error muy gordo, porque la mente lo es TODO y más a día de hoy que la depresión es una de las enfermedades/trastornos que causa más mortalidad junto con el cáncer.

Así que si estás leyendo esto, has pasado o estás pasando por una situación así, no tengas miedo, todo pasa, intenta sacar fuerzas de cualquier lado para salir de ahí, lucha, porque se sale, yo salí, y no sabes cuánto disfruto ahora de la vida, no sabes como libera sentir sin prejuicios, eso te hace libre. El sufrimiento que estás pasando o has pasado por tener depresión te hace aprender, te hace no caer de nuevo, somos fuertes, porque lo fácil es acabar con todo, rendirse y lo díficil, salir de ahí y volver a vivir, volver a recuperar tu esencia más lo aprendido, eres la mejor versión de ti mismo, y aunque a día de hoy sigo teniendo secuelas de aquello, es para recordarme que eso ocurrió, que forma parte de mí, que no me escondo, que lo digo alto y claro, SÍ, YO TUVE DEPRESIÓN, pero acuérdate que lo mejor es contar con ayuda profesional, aunque conozco a guerreros que han sabido salir solos, yo necesité que me guiaran. Soy consciente de que por esto me perdí cosas, pero solo era un standby para coger impulso y llegar a lo alto.  Tarde o temprano tenía que ocurrirme. Y por fin escribiendo esto, me quito la espinita que tenía clavada, necesitaba contarlo.  


Jamás juzgues por una cara sonriente, nunca sabes lo que hay detrás#depressionhasnoface 



Comentarios

  1. Fue, es y será un placer leerte. Me siento muy afortunada por haber estado a tu lado compartiendo ese viaje en el que aún hoy sigo aprendiendo de ti. Muchas gracias por hacernos llegar tus vivencias que seguro pueden arrojar luz a alguien que pueda estar pasando por una situación parecida. Un abrazo enorme!:)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. :) No sabía que me habías escrito aquí!! Siempre te estaré agradecida!

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Querido Abuelo♥

        ¿Sabes Abuelo? ayer fue tu misa, porque hace dos semanas casi que te fuiste de este mundo y Rosalía me dijo que por qué no salía a decirte unas palabras. Seré sincera. Lo pensé, pensé en escribir algo sobre ti, pero hubos dos razones que me llevaron a no hacerlo, la primera es que escribir sobre ti supone recordarte, y recordarte supone un dolor demasiado grande que intentaba evitar...; la segunda razón fue porque sabía de sobra que no iba a ser capaz de leer en alto algo tan puro, sincero e íntimo sin echarme a llorar. Perdóname, aunque sé que no te sientes mal por no haberlo hecho, porque sé de sobra que sabes que cada cosa tiene su momento. Pero aquí estoy, un día después y dos semanas después de tu partida. Y aquí van esas palabras que no me atreví ayer a pronunciar. Tu pérdida ha dejado un vacío inmenso, escuece y estamos perdidos sin tí, eso es una realidad, es imposible pasear por las calles de Alcorcón y pensar que no estarás nunca más dando un paseo por allí,

E V O L U C I O N

Hoy he sopesado la idea de abrirme en canal aunque eso suponga romperme un poquito más. Hoy he decidido que mis días a partir de ahora van a ser echarte de menos y llenar ese rincón de mi propia piel, que tanta falta me hace, esa piel que hoy me miro y que ya no es la misma antes de que estuvieras ahí... ni mi alma tampoco. Hoy creo que mi vida puede ser algo más que un bar con olor a whisky aunque me ahogue aquel recuerdo, de verte allí, encendiendo un cigarrillo y aspirando hasta el final... Hoy se ha acabado el contar tus pecas antes de mirarte a los ojos, la sonrisa metálica desapareció de golpe y desperté de esas calles, de esa vida que hice tan mía pero que solo era tuya y de la que me quise apoderar. Hoy no puedo escuchar esas canciones que solíamos cantar, como cuando te confesé que el sonido acompasado con esas cuerdas eran la mezcla perfecta y de lo que más me enamoré cuando te vi llegar. Hoy no hay letras bonitas, solo un triste final aunque me dejases con buen sabor de boc